Norte de chile - Carrera de gallo, socoroma 2010

Miércoles de ch´lla en un tradicional Carnavalon del año 2010, las corridas de gallo es una tradición que consta de sacrificar 5 o 6 gallos o mas y luego su sangre es vertida a la pachamama, luego se reúnen los jinetes del poblado y de otros poblados que desean participar y los gallos sacrificados son puestos en un cordel que cruza la calle y los jinetes tratan de alcanzarlos a todo galope sin detenerse...creo q el agarra mas gallos gana.

“Es una tradición cruel”...dirán algunos pero es único en Chile y he sido testigo ocular de extraño rito Socoromeño muy bonito y singular. Ademas no pueden negar no tendrían curiosidad de ver algo así si esta tan cerca d Arica ¿o no? En Socoroma, cuentan, la multitud parte en procesión hacia la entrada del pueblo para comenzar allí la preparación de la “carrera de gallos”. Una competencia en que los jinetes deben arrebatar de un cordel a las aves, una por una. Justo bajo el arco de bienvenida del pueblo, el humo del copal -incienso- se abre paso entre los asistentes, los jinetes y sus caballos, para que la tierra les conceda una carrera sin accidentes.

Después se chalta nuevamente la Pachamama. Los  jinetes, mientras tanto, adornan a sus caballos con mucha serpentina. Los más alborotados y alegres, prenden petardos. Y los más apurados, comienzan el regreso al pueblo para iniciar la contienda.  Entre canción y canción, de un saco se asoman gallos rozagantes e inquietos por participar de la fiesta. Pero la impaciencia de las aves termina pronto al ser puestas entre hojas de coca y alcohol. Más aún cuando una mujer o hombre  las degüella una a una y reúne su sangre en un plato. Con ella riega las cuatro esquinas de la torre de la iglesia porque la creencia aymara dice que el sacrificio es para los espíritus de los antepasados que viven allí.

Ya muertos, los gallos son colgados por los “más alegres”, en un cordel que atraviesa la calle más larga del pueblo. A los costados, el público y los tarkeros aplauden a los raudos jinetes que lo salpican de barro al intentar quedarse con el ave sobre la marcha. Todos lo logran. Todos son ganadores. De vuelta al frontis de la iglesia de forma una rueda alrededor de los esforzados equinos. Es el Tumai Tumai, baile que termina con caderazos y risas.